Adrián Usero |
“Three in a row” como dirían los americanos, o lo que es lo mismo,
tres del tirón. Y es que la música en directo en nuestra ciudad no descansa y
como prueba, el cartel “no hay entradas” que Daiquiri ha tenido que
colgar durante tres fines de semana seguidos.
El 14 de marzo, Adrián Usero, presentaba,
junto a Ernesto Morales su nuevo trabajo “Aire Residual”, un puñado de buenas
canciones, con excelentes letras (no podía ser de otra manera tratándose
de Usero). Y esta faena, no la lidiaron solos, ya que
contaron también con la
ayuda de sus compañeros y amigos José Lemus, Agustín Durán, Jesús Jiménez, Juan López-Jamar y Luces Desenfocadas que
consiguieron añadir un punto de festivo al estilo desenvuelto a la vez que
intimista de Adrián.
Mikel Erentxun |
Estamos seguros que este nuevo
álbum -que también se presenta en Madrid
y en Barcelona- conseguirá que ese público fiel que le sigue a todas partes, y
que con insistencia solicitan “A propósito de Irene”, “Carta a los reyes magos”
o “Nana para dormir contigo”, ahora demande también “Diluvios radioactivos”.
Y por fin llegó el viernes
siguiente, y en el escenario de Daiquiri Mikel Erentxun, desenfunda su
guitarra, y sin más dilaciones - y casi sin avisar- nos regala un “Vasos de Roma
y Ginebra” como preludio a una larga noche de música en directo. Con 30 años de
trabajo a las espaldas, parecía imposible elaborar un repertorio que fuera un
justo resumen a su carrera. Para ello, el artista donostiarra, eligió una
veintena de canciones que caminaron a lo largo de su discografía. Pudimos
escuchar canciones sobretodo de sus álbumes “Ciudades de paso” (2003), “El
abrazo del erizo” (1992) y por supuesto de “24 golpes” (2012). Nos gustaría
destacar “Veneno” y “Amara”, si bien el público disfrutó muchísimo con “A un
minuto de ti”, “Cartas de amor”, y las concesiones a Duncan Dhu, “Como dioses
pequeños” y “Cien gaviotas” con la que de forma intensa despidió la velada.
Sin apenas descanso, y por tercer
fin de semana consecutivo, nos encontramos en el escenario, a Ariel Rot,
leyenda del rock ´n´ roll, agarrado a una Grestch cantando “Debajo del puente”.
Un inicio suave, y tranquilo al que seguiría “Lo siento, Frank” y un ineludible
“Baile de ilusiones”. Tras algunas canciones más, toca el turno a la increíble
“Para escribir otro final”, interpretada al piano y seguida, también al piano,
de “Dos de corazones”. A lo largo del concierto hubo momentos para el humor (“Pólvora
mojada”), para el recuerdo (“Me estás atrapando otra vez” - Los Rodríguez), o
incluso para la improvisación, como en “Una casa con tres balcones” que derivó
de una versión de “I will survive” o “Mucho mejor” que Ariel interpretó en forma
de tango. Nos gustaron mucho “Emociones escondidas” y "El mundo de ayer”.
El argentino conduce el concierto
de tal manera que - igual que en el buen cine- llega el final sin darte cuenta,
y finalmente, las luces, se apagaron a ritmo de milonga.